El problema
con el tamaño de las porciones en las etiquetas
De acuerdo con las etiquetas,
medio litro de helado corresponde a 4 porciones. Pero, ¿cuándo fue la última
vez que mediste la cuarta parte del envase y guardaste lo demás para otro día?
Para muchas personas, la realidad
es que la mayor parte del medio litro puede desaparece en una sola toma. Un
paquete mediano de papitas fritas indica que una porción es de 25gr lo que
equivale a 15 unidades, pero es difícil imaginar mantener la cuenta de cada
papita que comemos de la bolsa. Y mientras 160 calorías y 2 gramos de grasa
saturada puede sonar un precio bajo para un paquete de galletas de chocolate
con relleno, hay que tener en cuenta que técnicamente hablando, una porción es
solo de 3 galletas lamentablemente.
A la vista de las crecientes
críticas, la FDA ha estado bajo presión por años para forzar a los fabricantes
de comida a incluir tamaños de porciones más realistas en la información de su
etiqueta. Esta agencia regula los
tamaños de porción que pueden ser incluidos en las etiquetas proporcionando a
los fabricantes de comida una guía detallada para seguir, la cual indica las
cantidades de un alimento en específico que una persona “habitualmente consume”
en una típica comida. Pero los críticos dicen que estas supuestas cantidades de
referencia son frecuentemente ridículamente pequeñas debido a que están en
parte basadas en investigaciones llevadas a cabo en los años 70, cuando las
personas comían menos y no existían las porciones “extra grandes”.
Ahora, en un esfuerzo por
resaltar los problemas con algunas etiquetas, el Centro de Ciencia de Interés
Público, un grupo de defensa al consumidor, ha destacado a los que considera
los peores infractores.
Al inicio de la lista son las
etiquetas de las sopas en lata o instantáneas, helados, cremas para café y
sprays para cocinar – todos los cuales subestiman groseramente la cantidad de
calorías, sodio y grasas saturadas que una típica persona promedio consumiría
de estos alimentos.
Las sopas instantáneas son uno de
los más espantosos ejemplos. De acuerdo con algunas etiquetas, una porción es
de una taza y contiene 790 miligramos de sodio. Pero en un estudio que abarcó 1
000 consumidores, sólo 10% de las personas dijeron que consumirían solo la
porción de una taza. La mayoría, 64%, dijeron que tomarían toda la sopa en una
sola toma, consumiendo 1800 miligramos de sodio de una sola vez. Esto es aproximadamente
80% de los 2300 miligramos de sodio recomendados como el límite superior de
consumo diario de sal según la Guía Dietaria del 2005 y muy por encima de los 1
500 miligramos que los funcionarios de salud han dicho que es lo óptimo.
Otro producto que se encuentra en
la lista de los peores infractores son los sprays para cocinar, los cuales
basan su información nutricional en “tamaños de porciones ridículamente
pequeñas” dice el grupo de investigación. Una de las marcas más populares
indica 0 calorías y 0 grasa en su etiqueta. Pero la información está basada en
un spray que dura un cuarto de segundo.
“Esa no es la forma como lo
utilizan las personas” dice el Sr. Jacobson director ejecutivo del grupo. “Es
probablemente imposible hacer el spray por un tercio de segundo. Nosotros
sugerimos que 6 segundo es un tiempo razonable.” Un spray de 6 segundos tiene
50 calorías y 6 gramos de grasa.
Las cremas para café son otra
fuente alta de calorías y grasa. Una de las marcas más populares basa su
información nutricional en una cucharadita, a pesar de que muchas personas
probablemente agregan mucho más que eso a su taza diaria de café. Una mirada a
las versiones “light” de estos productos hace pensar que se está obteniendo 10
calorías y 0 grasa, cuando una porción de 2 cucharadas - una porción más
realista, dice el grupo – aportaría 50 calorías y 1.6 gramos de grasa saturada.
Esto es casi igual a 2 cucharadas de la versión no light o regular – 40
calorías y 2 gramos de grasa saturada.
Los hallazgos están basados en un
cuestionario oficial del Centro de Ciencia de Interés Público y llevado a cabo
por la Corporación de Investigación de Opinión en Princeton, N.J.
La FDA ha estado en proceso de
revisión de las etiquetas desde el 2005. Pero la agencia ha mantenido un gran
hermetismo sobre en qué etapa del proceso se encuentra y sobre cualquier cambio
que planee hacer, como por ejemplo, si las etiquetas deben incluir detalles de
los azúcares añadidos o solo de azúcar total, o si la cantidad de calorías debe
enfatizarse menos o más de lo que es ahora, dice el Sr. Jacobson.
Solo nos queda pensar que no
podemos fiarnos de las etiquetas para regular nuestra alimentación, así que hay
que poner mucha más atención en lo que compramos y comemos.