¿Amor al dulce o relación tóxica?
Hoy, regresando de mi usual
rutina matutina de ejercicios en un parque cerca a mi casa, vi con mucha sorpresa
e incredulidad la publicidad de una conocida florería que promocionaba su caja
de donuts más gaseosas; regalo “perfecto” y poco convencional, tal vez para
aquellas personas poco románticas para las que las rosas ya no significan nada.
Esto me dejó pensando
profundamente, y por eso que me animé a escribir esta reflexión. ¿Cuándo fue que dejamos de valorar el detalle
de las flores y preferimos - y nos conformamos- que nos regalen chatarra de
mala calidad que nos provoca mala salud y nos engorda? ¿Se emocionarían tanto
si en lugar de donuts y gaseosa fuera una hermosa caja con frutas, frutos secos
y tal vez chocolates 70% cacao? O tal vez, si en lugar de algo comestible
fueran nuevamente las “simples rosas” que simbolizan el amor y cariño en lugar
de pensar que la felicidad y amor se demuestra mejor con comida y peor aún con
productos altamente procesados que no hacen más que enfermarnos.
¿Es eso lo que buscamos
representar con un detalle?
Con estas líneas no pretendo
enredarnos en un debate sobre cuál es el mejor regalo o detalle. Más bien, los
llamo a la reflexión sobre la poderosa asociación que estamos creando y promoviendo
entre productos chatarra y alimentos de la peor calidad con cariño, amor,
alegría y felicidad.
Llámenme anticuada, cursi,
exagerada….lo que quieran, pero para mí, esta es la relación más peligrosa y
tóxica que existe.