Suenan saludables, se ven
saludables y las empresas de alimentos trabajan duro en marketing para hacernos
creer que lo son. Pero muchos de ellos son cualquier cosa, menos nutritivos y sanos. Están llenos de
grasas malas, azúcares añadidos e ingredientes artificiales que tu cuerpo no
necesita.
En las siguientes publicaciones te detallamos algunos de
estos: