¿Cómo los pensamientos y sentimientos afectan nuestro cuerpo?
Un niño tiene un ruido intestinal y su madre le pregunta si tiene algún problema en la escuela. Lo que ella supo instintivamente ahora lo hemos probado científicamente: que hay una relación íntima y dinámica entre lo que pasa con nuestros sentimientos y pensamientos y lo que pasa en el cuerpo. Un especial de la revista Time demostró que la felicidad, esperanza, optimismo y bienestar “parece reducir el riesgo o limitar la severidad de enfermedades cardiovasculares, pulmonares, diabetes, hipertensión, infecciones respiratorias”, mientras que “la depresión, opuesta a la felicidad, puede empeorar las enfermedades cardíacas, diabetes y disminuir la inmunidad”
Se considera que el rol de la mente y las emociones en el estado de salud es una parte vital para comprender esta relación. Si separamos al organismo de sus componentes no puede funcionar. Cada pieza tiene un rol a jugar, incluso las más pequeñas.
Podemos recordar la última vez que tuvimos una entrevista de trabajo, o cuando fuimos a nuestra primera cita con una persona a la que queríamos impresionar. En ambos casos no hay duda que quisimos parecer calmos pero al mismo tiempo sentíamos un sentimiento de sabernos nerviosos. La tensión puede hacernos tener los músculos contraídos, salivar, sentir náuseas, y probablemente hablábamos balbuceando incluso cuando queríamos parecer suaves y confidentes.
En otras palabras, nuestras emociones nos afectan físicamente. Sería fácil así entender que una sensación de miedo haga latir nuestro corazón más rápido y también que la depresión puede afectarnos físicamente al fin y al cabo.