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Pan “integral” o pan integral?
Existe una diferencia muy sencilla pero a la vez muy importante entre un pan “integral” y un verdadero pan integral.
Estamos acostumbrados a ver en los anaqueles de los supermercados una variedad de panes “integrales”, doble fibra, con linaza, etc. Todos comparten la característica de ser un poco más oscuros y/o tener un color marrón. Viendo esto asumimos que es integral y por lo tanto saludable.
Esta engañosa publicidad nos hace caer en el error de pensar que realmente es integral. Para que un pan sea llamado integral debe ser elaborado con harina de grano entero, es decir, no refinada. Generalmente se usa el trigo y en segundo lugar el centeno. Esta harina, ya sea de trigo o centeno, incluye tanto la cáscara del cereal, como el almidón y sobre todo el germen. Este último es lo que le da el valor altamente nutritivo a los cereales y por lo tanto a su harina. El germen tiene alto contenido de vitaminas sobre todo E y las grupo B. Además tiene gran cantidad de ácidos grasos esenciales.
En cambio, los panes comunes mal llamados “integrales” son elaborados a partir de harina refinada a la que se le agrega un poco de salvado de trigo para aumentar su cantidad de fibra. En este caso, sólo se aprovecha la fibra ya que el salvado sólo está compuesto por las 5 capas externas del grano más no del germen, que es más nutritivo. La forma correcta de denominar a estos panes es “pseudointegrales” o “pan de salvado”. Si bien es cierto que estos panes son más nutritivos que el pan blanco, son de inferior calidad que el pan integral.
Aquí les doy algunos tips sencillos para poder reconocer un verdadero pan integral:
* Su olor es fuerte y un poco ácido, pero agradable.
* La corteza es gruesa y oscura.
* Su miga es de color más o menos oscuro pero uniforme.
* Apenas se distingue el salvado ya que la fermentación natural hace que el salvado de ablande. Por lo que si distinguimos claramente el salvado quiere decir que ha sido agregado a la harina refinada y además se ha utilizado fermentación artificial.
No nos dejemos engañar por las apariencias, consumir un verdadero producto integral realmente hace una diferencia.
