El cerebro es
un órgano que consume mucha energía y gran parte de los nutrientes que
ingerimos. Y toda ese energía y nutrientes provienen principalmente de los
alimentos que ingerimos.
Una forma
práctica y ampliamente usada, pero no necesariamente exacta (recomiendo ver el video donde explicamos
qué son las calorías míraloaquí, para
complementar este punto), es analizarlo en función a
calorías consumidas. Tomando en cuenta que esta es una medida indirecta, igual
nos da una idea general de la proporción de energía que requerimos para
diversas actividades.
Pues resulta
que, para sobrevivir, el cerebro necesita la décima parte de una caloría por
minuto. En ese sentido podríamos considerar que su consumo es bastante bajo;
pero este panorama cambia completamente cuando nos concentramos, por ejemplo,
jugando Sudoku o armando un rompecabeza, ya que este gasto aumenta a 1,5 calorías por minuto.
El combustible
principal que proporciona esta energía es la glucosa. Y es, principalmente, la masa
gris la que consume el 40%
de esta glucosa presente en la sangre.
Es así que,
cuando pensamos mucho, las neuronas de los lóbulos frontales aceleran la quema de
glucosa, por lo tanto consumen más energía.