Muchas veces
atiendo en consulta a pacientes que acaban de dar a luz y suelen buscar a una
nutricionista para mejorar su alimentación y la de su bebe y algunas me han
comentado de la gran odisea que tuvieron en su trabajo de parto dado que este fue
prolongado incluso me dicen que recuerdan haber quedado exhausta sobretodo
porque pasaron muchas horas sin comer.
Esta era una
recomendación que muchas mujeres han seguido pero que al parecer ha sido
cuestionada recientemente por un grupo de científicos.
Según un
estudio publicado en Obstetrics and
Gynecology, las
mujeres pueden ingerir algo más que pequeños trozos de hielo durante el trabajo
de parto sin riesgo de sufrir complicaciones.
De hecho, las mujeres que pudieron comer antes del parto
tuvieron un trabajo de parto algo más corto, aunque el estudio no prueba que
comer acelerara el parto, aclaran los autores.
La creencia de no comer en trabajo de parto viene desde la década
de los 40 dado que las mujeres que tenían un parto con anestesia general
corrían el riesgo de inhalar el contenido estomacal y sufrir convulsiones.
Pero actualmente el uso de la anestesia general en el parto
es mucho menos común
Los
científicos descubrieron que las mujeres que podían comer y beber algo más que
los trozos de hielo y el agua tuvieron un trabajo de parto algo más breve (unos
16 minutos) que aquellas con más restricciones alimentarias.
Al
parecer si el cuerpo está bien hidratado y con los niveles adecuados de
carbohidratos, los músculos funcionan mejor, vale la pena recordar que el útero
es, en su mayoría, tejido muscular.