Casi todos los alimentos procesados contienen productos químicos, colorantes, aditivos, sabores artificiales, conservantes que pueden afectar el comportamiento y el funcionamiento cognitivo debido a la sustancia química que provoca hiperactividad, tanto en niños como en adultos. Los alimentos fritos o procesados, lentamente destruyen las células nerviosas que se encuentra en el cerebro. Sin embargo, algunos aceites son más peligrosos que otros, por ejemplo, el aceite de girasol es considerado como uno de los más tóxicos.