Medición del riesgo
Los frenos se alinean un poco más tarde que el acelerador del cerebro, es decir la corteza
prefrontal se desarrolla después que el sistema límbico.
Al mismo tiempo, los adolescentes necesitan dosis más altas de riesgo para sentir el mismo
acometimiento que los adultos.
En conjunto, estos cambios pueden hacer a los adolescentes vulnerables a involucrarse en
comportamientos riesgosos, tales como probar drogas, peleas o saltar a aguas peligrosas. Al
final de la adolescencia, 17 años en adelante, la parte del cerebro responsable del control de
los impulsos y perspectiva a largo plazo, ayuda a que prevalezcan algunas conductas que evitan
ser tentados por algunas cosas.
¿Qué deben hacer los padres mientras tanto? Los padres deben continuar siendo los padres de
su hijo. Al igual que todos los niños, los adolescentes tienen vulnerabilidades específicas de
desarrollo y necesitan a sus padres para limitar su comportamiento.
