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Una encuesta de la National Sleep Foundation encontró que poco más de la mitad de los adultos sienten que "necesitan" un reloj despertador para levantarse por la mañana. Casi el 70 por ciento de los adultos jóvenes de 18 a 29 se sintió así.
Despertar por una alarma en todos puede ser muy común, pero garantiza que nuestro sueño se trunca artificialmente, lo que predispone que nos despertemos en el lado equivocado de la cama. Si habitualmente se despierta con un reloj de alarma, no está recibiendo su asignación completa de sueño. Imagine esto ¿Habría que considerar el establecimiento de un temporizador para limitar artificialmente la cena o hacer el amor? La alarma suena y - listo o no - que haya terminado.
Cuando nos metemos en la cama, con demasiada frecuencia no nos dormimos inmediatamente lo cual nos quita tiempo que tenemos programado para dormir, pero al final el sueño al despertar a la mañana siguiente. La mayoría de personas han informado que después de sonar su despertador se levantan cansadas o con una mayor cantidad de esfuerzo a diferencia de levantarse sin el.
Esto bien estaría en relación a un efecto psicológico en el cual no controlamos la cantidad de sueño sino la hora que debe terminar los efectos si aun no se conocen a profundidad científicamente son muy notorios en la toma de decisiones, problemas en la memoria, envejecimiento, la funcionalidad del sistema inmunológico entre otros.
